Capital
Ver día anteriorDomingo 22 de noviembre de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

De la vía pública a la Vía Láctea, pasando por Pino Suárez, proyecto de una ONG

Plasman en libro vivencias de las barrenderas del Centro Histórico

Con el volumen buscan hacerse visibles para la mayor parte de la población de la ciudad

 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de noviembre de 2009, p. 30

Aunque van vestidas con uniformes anaranjados con destellos fluorescentes, nadie las ve. Sin embargo, su trabajo no es invisible, pues limpian cada día las calles, las fuentes y los jardines del Centro Histórico. Son las barrenderas del corazón de la capital, brigada de más de 300 que cada día, con escobas de mijo, barre los 20 mil 800 metros cuadrados del Zócalo, vacían 11 veces al día los mil 200 botes de basura del perímetro y mantienen limpias, con su riesgo, las mil 23 pirámides de la fuente de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Ahora rompen la barrera de la invisibilidad por medio de la palabra escrita, la anécdota y la transmisión de su identidad en el libro De la vía pública a la Vía Láctea, pasando por Pino Suárez realizado por la organización civil Territorios de Cultura para la Equidad.

En esta obra expresan su cotidianidad y cuentan una diversidad de anécdotas, como aquellas que surgen de sus hallazgos en la noche, entre las que nombran una cabeza humana en una jardinera, el pene de un hombre que intentó violar a su novia, un feto enterrado detrás de la Catedral Metropolitana, una bolsa con ocho vibradores y hubo incluso quien encontró el amor.

El libro surge a partir de un proyecto realizado por la organización civil Territorios de Cultura para la Equidad, la cual, desde su labor en defensa de los derechos de las mujeres, realiza proyectos para acercar la cultura y el arte a las féminas que no tienen acceso a estos derechos.

Pilar Muriedas, coordinadora del proyecto, explicó en entrevista que el trabajo tuvo varias etapas. La primera consistió en acercar a las barrenderas a la cultura, para lo cual presentaron el proyecto a las autoridades capitalinas y éstas permitieron que, una vez a la semana, un grupo de 60 mujeres acudieran con las activistas a visitar espacios culturales como el Museo del Templo Mayor, el Universum, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Turibús, el Museo Diego Rivera o pasear en los ciclotaxis que ellas lavan, pero en los que nunca se habían subido explicó.

Foto
Las barrenderas señalan que se sienten invisibles para la gente y que reciben muestras de desprecioFoto Roberto García Ortiz

Luego participaron en talleres sobre la historia del barrido en México, danza o escritura y, de ahí surgió el libro.

Con esta obra queríamos saber quiénes eran, cómo sobrevivían ante tanta adversidad, qué encontraban al barrer con esas miradas ancladas en el suelo, invitarlas a mirar hacia arriba, hacia adentro, hacia el universo, dice Muriedas en el prólogo del libro.

El sueldo de una barrendera es de mil 300 pesos quincenales por realizar uno de los tres turnos de ocho horas diarias. En el libro cuentan lo invisibles que son para los transeúntes y cómo, en el caso de verlas, reciben muestras de desprecio. Sin embargo, sin ellas, la ciudad no luciría igual.

Además del libro, han confeccionado un tríptico en donde exhortan a los capitalinos a mantener limpia la ciudad, pues estas mujeres invierten mucho tiempo en sacar un chicle de la banqueta y ahora, por la ley antitabaco, en recoger las colillas que los fumadores arrojan en la vía pública.

Los próximos días 26 y 27 de noviembre, a las 18:30 horas, se presentará el libro en la calle de Regina Coelli del Centro Histórico, donde además, las barrenderas interpretarán un corrido que han escrito para la ocasión.